miércoles, 9 de marzo de 2011

Las dos heroínas del Tándem



Sin duda me parece uno de los mejores comerciales que he visionado últimamente. Jjajajajajajaja.... me he reído un montón. Más o menos esto es lo que espero, que mi querido Jaime haga dentro de unos años. Que juege a la Guerra de las Galaxias, a indios y vaqueros, polis y cacos, a médicos ( con sus correspondientes toqueteos )y todas esas cosas bélicas y jugonas con las que todos nos hemos divertido en un pasado no tan lejano. Porque prefiero mil y una veces, que mi hijo sea atado a un árbol por otro niño mientras juegan a polis y narcos, que no esté seis horas atado a una consola, cuyo juego consiste en hacer de proxeneta camello y poner orden en un barrio lleno de chicanos chungos megatatuados, a base de lanzallamas y bates de béisbol. Pero claro los amantes del buenrollismo me dirán que de atar y de polis y cacos, nada de nada, que eso incita a la violencia. De jugar a las cocinitas menos ya que es un juego sexista y retrógrado, por eso los mejores cocineros del mundo son tíos. Sí, son tíos. A indios y vaqueros no se te ocurra ni plantearlo. Porque claro ahora lo tenemos fácil, entre tanta multicultura y color quién hará de indio y quién de vaquero... ¿ o no? Pues bueno, toda esta pataleta injustificada, pensaréis, viene a las patochadas del día de la mujer trabajadora, el día del orgullo gay,el día de las lesbianas amantes de las camisas de cuadros, los penes de bizcocho de la noche de santa Agueda, y todas esas cosas inútiles y absurdas que no sé muy bien quién se inventa y con qué siniestro propósito. Porque en mi familia, tanto por mi madre, como por la madre de mi hijo, a las dos les tocó, les toca y les tocará currar de lo lindo. Curran y mucho seis días a la semana, once meses al año. Y lo hacen con alegría, con entusiasmo. Dándo un poco de su vida en cada cosa y detalle que elaboran. No protestan, no se quejan, sonríen mucho. Mucho. Son felices y creen en lo que hacen. Y si no lo creyeran, dejarían de hacerlo, os lo aseguro.
Por eso, porque son dos heroínas como la copa de un pino. Porque son superwomans,son MUJERES superlativas, son mis auténticas heroínas sacadas de un cómic a la cruda realidad. He aquí mi reconocimiento hacia ellas y hacia otras muchas con vidas totalmente paralelas. Pero mi reconocimiento. No el reconocimiento absurdo de unos políticos chupatintas, perroflautas, demagógos y unas políticas lesbianoides horribles como sus negros corazones.
Porque a mis dos mujeres, las admiro, respeto y valoro todos los días. No necesito un día absurdo para reconocerlas públicamente. Como a los homosexuales y a otras tantas cosas que tienen su absurdo día de la gilipollez, pero claro se me olvidaba:
esto es España, y al que no le guste que se vaya.

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