martes, 21 de septiembre de 2010

Un domingo triste

Ayyyyy..... pues vaya domingo de mierda pasamos este fin de semana. El día como no podía ser de otra manera se despertó gris, gris y traicionero. Desayunamos todos, con la noticia del fallecimiento de nuestro mejor embajador de Aragón en la era moderna; José Antonio Labordeta.
Aunque en los últimos tiempos, su delicado estado de salud hacía presagiar el inevitable fin de su viaje, no por ello ha sido menos sentida su pérdida sino todo lo contrario. Que penica nos ha dado a todos la muerte del abuelo ! Muy por encima de las ideologías políticas de cada uno, ha sobresalido y superlativamente, el carácter e integridad de este maestro, político, cantautor y PERSONA aragonés. Soy de la opinión de que si hubiera muchos mas políticos como Labordeta, el mundo en que vivimos sería muuuuucho mejor. Sin utopías ni nada mágico y bonito, no. No me refiero a un mundo en que todos somos muy buenos, y guapos, y no tenemos ningún problema. NO, simplemente me refiero a un mundo que sería mucho mas honesto y honrado que en el que nos hayamos. Bueno sea este nuestro pequeñísimo y humilde homenaje a un personaje de la cultura aragonesa que ya es HISTORIA de nuestro país, ideas y costumbres..........D. E. P.
Por otra parte ya mediado el domingo nos dispusimos a ver a nuestro queridísimo pero aburridísimo Real Zaragoza. Y aquí tandeneros todos, pierdo las ganas de seguir escribiendo porque las torturas que nos está haciendo soportar este equipo no tiene nombre.
No hay que hacer leña del árbol caído of course, así que mañana espero que todo el mundo que acuda a La Romareda, anime sin parangón al equipo y deje las protestas y críticas ( si las merecen ) para el final del mismo. Aúpa !!!!!!

4 comentarios:

paulovin dijo...

pudiendo acudir al tandem.. ¿quien queire ir a la romareda?

Eva dijo...

Está bien, si no vienes solo a mear!

Esther dijo...

Y yo pensando que la invitada de la cocina durante unos 40 minutos habia mejorado el domingo, mecachis!

Eva dijo...

A mi me sentó de lujo, pero el señor Conada...ya lo conoces!